Rescatado del olvido y el abandono por Lovelskiold, que logra acceder a la propiedad, hoy día se encuentra en plena transformación para convertirse en una extraordinaria villa tradicional destinada al alquiler vacacional, en el que pasar unas inigualables jornadas o semanas envueltos en una atmósfera de tradición con todas las comodidades y el confort actuales.

La explotación tradicional de la uva pasa en Altea y su evolución hasta la crisis de principios del XX.
La cosecha y transformación de la uva en pasa fue una actividad tradicional en todo el Valle del Algar-Guadalest, desde época medieval hasta el siglo XX. La peculiaridad del proceso en la toda la Marina radicaba en la técnica del escaldado, lo que aceleraba el proceso de secado de la pasa. Consistía en sumergir los racimos de uva en agua muy caliente durante unos segundos. Las pasas secadas con esta técnica se conocían desde la Edad Media como pasas de Polop o de lejía, ya que el agua en la que se sumergían las uvas llevaba una mezcla de cenizas que le aportaban alcalinidad. A finales del siglo XIX se difundió el uso de estufas para reducir todavía más el tiempo de secado.
La explotación de la uva pasa llegó a ser tan importante en Altea que ha dejado su huella en la celebración de las fiestas de Sant Roc. Aunque el día señalado en el calendario es el 16 de agosto, en la partida de L’Horta y Quintanes, se celebra el 3 de agosto. El adelanto de las fiestas se debió a que el 16 coincidía con la vendimia, momento totalmente inadecuado.